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Simplemente YO

Tercero en discordia

Se llama Hadar (17), y me ha encantado estar con él. Ha sido completamentemente diferente porque hasta hoy es como si todo estuviera cerrado dentro de mí, pero él me ha inspirado toda la ternura que mantenía encerrada. Géminis, como Setham.
Siento que estoy haciendo el imbécil con Renzo, alimentando una historia que no tiene que ser, porque aunque le quiero como amigo, no es que me guste como chico. Con Alotz estoy demasiado defraudada como para intentarlo ahora mismo, pese a que le quiero, y que me encanta, y que seguiría con él, pero me doy cuenta de que no puede ser por el momento.
Lo de irme a Barcelona, ha quedado ahí como en un paréntesis. No sé que coño hacer. Sea lo que fuere he de decidirme pronto.

5 comentarios

Nathan -

Es doloroso ver cómo una persona tan importante para mí se va hundiendo en sí misma sin poder hacer nada por ella. Me parto en mil pedazos al ver cómo se va desdibujando con cada traspiés que da y se me escapa entre los dedos la posibilidad de darle mi mano para que no tropiece más, para cogerla en brazos y llevarla allá donde ella quiere realmente ir en vez de dejarse arrastrar por un viento cruel que sopla más y más fuerte.

No sé que puedo hacer salvo decirte que, pase lo que pase, estoy ahí. Hoy, mañana, nunca. Cuando tú quieras, Alina.

Un abrazo muy fuerte, no estás sola, de verdad.

Alina -

K gran verdad y k gran frase

Claudio -

Ya te digo que siempre se desea la situación contraria a la que se vive.
De todas formas buscar la soledad es fácil, lo difícil es evitarla cuando no se desea.

Alina -

No sé hasta qué punto eso es bueno. Tú en tu blog, en el post que habla de la serie de "Sexo en Nueva York" hablas de que hay que ser feliz por uno mismo, y no es precisamente a lo que me estoy dedicando yo por el momento.

Claudio -

Tranquila, no hay prisa. Todo llegará.
Por si te sirve de algo te diré que envidio el hecho de que seas una de esas personas que siempre tiene unos brazos en los que caer, aunque no le amen, pero que pueden poseerla si quiere.
Está claro que no hay pena más grande que la que se sufre en carne propia, y que siempre se deseará lo que no se tiene.
Suerte.