Reflexiones
Hoy me puse cachonda leyendo tu relato ¿de dómde saliste? Incluso estuve releyendo viejas historias propias, recordando andanzas... Si no fuera por esta situación me hubiera tocado incluso.
Es curioso cómo uno mismo pierde la perspectiva y aún más que venga alguien de fuera a recordarte cómo eres. Todo esto de Ruisko me tenía un tanto descolocada. Pero ¡coño! Dejémonos de falacias y convencionalismos.
Nunca le oculté mi visión de la vida y pese a que él al principio pensó que podría con ello, pronto empezó a repudiarlo. Yo me mantuve inmutable, él cambió rápido de parecer. No pretende ser una excusa, que a mí la idea del amor romántico y fiel de novela rosa me encanta, pero no deja de ser eso, una ilusión. Había pasado de ser la princesa a la bruja en ese cuento que me tenía retenida, y yo en cierto modo también lo creí.
Por supuesto le entiendo a él y su forma de sentir, pero sé que es incompatible totalmente con la mía. Había un trasfondo más amargo en esta historia, yo jamás le amé. Pero si así hubiera sido tampoco hubiese cambiado nada. Que sí, que soy un tanto atípica en ese sentido ¿qué le vamos a hacer?
En verdad desde Ioritz no consigo que la tibieza de una piel inhunde de calor toda mi alma. Y éso es lo que anhelo.
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